La Plaza Mayor, ese tesoro del que poco hablamos

Madrid tiene muchísimos tesoros, más de los que incluso somos capaces de abarcar hasta para los que vivimos aquí. Verlos todos, visitar sus interiores y disfrutar de sus diferencias según qué luz (día y noche) o estación del año la cobijen (porque no es igual ver el Retiro en verano que en Navidad por ejemplo).

Uno de esos grandes lugares que sabemos que está ahí y que precisamente por eso, porque nos acompaña, no hablamos mucho de él, es sin duda: la Plaza Mayor de Madrid. Es un punto de encuentro para visitantes de todo el Mundo que pasean por sus soportales admirando las tiendas y locales tan peculiares que allí continúan década tras década.

Para conocer sus orígenes, tenemos que remontarnos a finales del siglo XVII, fecha en la que se comenzó el proyecto coincidiendo con el traslado de la corte de Felipe II a la capital. En esos momentos, en 1617, el arquitecto de la época, Juan Gómez de Mora, se hace cargo del encargo más ambicioso que no es otro que el de dotar de “uniformidad” a los edificios que conforman la plaza.

Durante años, muchos años, el espacio central ocupó y sigue haciéndolo, todo tipo de festejos variados: fiestas populares, toros, coronaciones e incluso, beatificaciones. Actualmente, siempre es buen lugar para eventos magníficos y ni qué decir tiene el famoso y visitado Mercadillo de Navidad que ya pronto se instalará.

Rincones únicos como el Arco de Cuchilleros o estatuas referentes en la ciudad como la de Felipe II, conforman este enclave que no puedes dejar de ver y además, lo tenemos a pocos pasos de nuestro hotel. Un verdadero lujo para todos porque no hay nada más especial que poder compartir día a día el corazón de una ciudad tan hermosa.

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